viernes, 9 de diciembre de 2011

el dos no ha sido nunca un número



El poeta llega a la Habana

Pequeño poema infinito

Equivocar el camino
es llegar a la nieve 
y llegar a la nieve 
es pacer durante veinte siglos las hierbas de los cementerios.

Equivocar el camino 
es llegar a la mujer, 
la mujer que no teme la luz,
la mujer que mata dos gallos en un segundo,
y luz que no teme a los gallos
y los gallos que no saben cantar sobre la nieve.

Pero si la nieve se equivoca de corazón 
puede llegar el viento Austro 
y como el aire no hace caso de los gemidos 
tendremos que pacer otra vez las hierbas de los cementerios.

Yo vi dos dolorosas espigas de cera
que enterraban un paisaje de volcanes 
y vi dos niños locos que empujaban llorando las pupilas de un asesino.

Pero el dos no ha sido nunca un número 
porque es una angustia y su sombra, 
porque es la guitarra donde el amor se desespera,
porque es la demostración de otro infinito que no es suyo
y es las murallas del muerto 
y el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los muertos odian el número dos, 
pero el número dos adormece a las mujeres
y como la mujer teme la luz 
la luz tiembla delante de los gallos
y los gallos sólo saben volar sobre la nieve 
tendremos que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios

Para Luis Cardoza y Aragón
10 de enero de 1930. Nueva York

Federico García Lorca
Poeta en Nueva York

jueves, 24 de noviembre de 2011

Poseer


Hegoak ebaki banizkio
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.
Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik...
txoria nuen maite.



Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habria escapado.
Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.



Txoria txori, Mikel Laboa



Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

Agustín García Calvo

Doctor en Alaska
¿Qué tiene poseer cosas? 



jueves, 27 de octubre de 2011

flew away



Once upon a time there was a pretty fly.
He had a pretty wife, this pretty fly,
But one day she flew away, flew away.
She had two pretty children,
But one night these two pretty children flew away, flew away,
Into the sky,
Into the moon.




jueves, 13 de octubre de 2011

martes, 9 de agosto de 2011

porque en la tierra estoy, con un pie sólo

" Yo te reconquisto de toda tierra y celestial altura,
porque me es cuna el bosque, y el bosque sepultura,
porque en la tierra estoy, con un pie sólo, uno,
porque voy a cantarte como no canto a ninguno.

Yo te reconquisto de todo tiempo y de toda espada,
de toda noche y de toda bandera dorada,
arrojaré las llaves y los mastines del umbral,
pues perro fiel soy yo en la noche terrenal.

Te reconquisto de todos los demás, de la otra, de la una
no seré yo esposa de ninguno, ni serás tu esposo de ninguna,
y en la última lucha te sacaré, no reproches, calla!,
del que en la noche estuvo con Jacob en la batalla.

Pero hasta que en tu pecho los dedos cruzar pueda
- oh maldito seas tú!- en ti mismo te quedas,
tus dos alas dirigidas al espacio profundo,
pues el mundo es tu cuna y tu sepulcro el mundo. "


Yo te reconquisto
Marina Tsvetaeva



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Cómo no, Dominique A


martes, 19 de julio de 2011

Murmullos

"Me gustaría introducir un murmullo en una de mis esculturas, que se activara sólo por la noche, cuando se hubiera ido todo el mundo. Tenerlo funcionando toda la noche y que en el momento de abrir la puerta la pieza dejara de murmurar."
Juan Muñoz
Sombra y boca
1996
Resina de poliéster, tela, pigmento y motor

miércoles, 29 de junio de 2011

sábado, 25 de junio de 2011

Je rêvais de paillettes



... j'ai gardé pour moi mes vicissitudes... 

sábado, 8 de enero de 2011



Algo precioso brillaba allí, en silencio. Enseguida llegaría a su fin. Se marchitaría, desaparecería. Y nosotros nos separaríamos. Esta certeza era lo único que volvía, una y otra vez.

Banana Yoshimoto
Sueño profundo